jueves, 29 de enero de 2009

Teoria de los constructos personales de George Kelly al alcance de todos - Psicologo Nuncio Cabbada










Constructos Personales

George Kelly


Índice 1

Introducción 2

De la Importancia de los Constructos Personales. 2

Biografía 4

I Ruta teóric


a 7

El Hombre 7

El Universo 10

La Ciencia 13

II Los constructos o sistemas constructivos 15

El Fundamento 17

Los Corolarios 18

1- De la Construcción 18

2- De Individualidad 19

3- De la Organización 19

4- De la Dicotomía 21

5- De la Elección 22

6- Del Ámbito 23

7- De la Experiencia 23

8- De la Modulación 24

9- De la Fragmentación 25

10- De la Comunidad 25

11- De la sociabilidad 26

III Enfoque terapéutico 28

Definición del desorden 28

Técnica de la Rejilla 32

1- De lo directivo a lo no directivo 33

2- De la Credibilidad 34

3- Terapia con Orientación al Futuro 36

4- Reparación o Creatividad 37

5- Del Dogmatismo al Alternativismo Constructivo 37

Dirección del Cambio 38

De lo desconocido al Lenguaje 40

Mecanismos para favorecer el Cambio 41

Cinco condiciones para la creación constructiva 45

1- Los nuevos elementos 45

2- Experimentar 46

3- La Validación 46

4- Amenazas 47

5- El viejo Material 48

IV Técnica de Rol Fijo 50

Glosario 53

Bibliografía 55



Introducción

De la Importancia de los Constructos Personales

George Kelly (1955) en su libro de la Psicología de los Constructos Personales nos acercó a la psicoterapia constructivista que autores posteriores lo indicarán como uno de los fundadores del constructivismo en psicoterapia; allí hace hincapié que la actividad fundamental del hombre es conocer lo suficiente para arriesgarse a anticipar los acontecimientos, construyendo su propia realidad basándose en su experiencia y entorno con el cual debe, no sólo convivir, sino además adaptarse exitosamente.

Es un paradigma distinto el que nos propone y que representa, a decir de Neimeyer y Mahoney (1998, Pág. 37-38) “La primera teoría constructivista clínica significativa… propuso el paradigma de la ciencia personal como metáfora organizadora en la psicología y la psicoterapia como postulado fundamental y , agregan estos autores que, lo han adoptado no sólo las generaciones posteriores de teóricos de los constructos personales (vease Epting (1984; Francell, 1972; Leitner y Dunnet, 1993; R. A. Neimeyer y G. J. Neimeyer,1987), sino también un número considerable de terapeutas constructivistas que trabajan desde hace tiempo fuera de la tradición de los constructos personales, por ejemplo Giudano y Lotti,1983; Mahoney, 1977.”

Kelly nos llevó a reconsiderar que las emociones, conductas y por supuesto los procesos cognitivos no eran ya formaciones autónomas ni esquemas, sino que son partes de un todo en el proceso del conocer y dar significado a las experiencias, donde cada cual edifica sus constructos y desde allí su particular manera de ver el mundo, a sí mismo y a los otros. Luego Maturana y Varela (1973) dirán que para entender lo que es la Identidad personal debe hacerse referencia a que es un sistema autopoiético, un sistema determinado en su estructura y que organiza su experiencia de la realidad.

Para Kelly los procesos de una persona son psicológicamente canalizados por el modo en que anticipa los acontecimientos, o sea sus predicciones; es entonces que no actúa en relación a los eventos en sí mismos, sino a su particular manera de pensar respecto a los acontecimiento, poniendo en juego o apostando sus propias percepciones acerca del mundo y es, desde allí, de donde nacen los móviles conductuales, que eventualmente podrían modificarse al cambiar sus constructos.

El ser humano con Kelly deja de responder sólo a los estímulos del medio como un ente reactivo, es ahora un ser pro-activo pues es él quien construye los significados y sus constructos; va entonces jerarquizando sus patrones que le ayudan a dar coherencia a su sentido de identidad, aún antes de las cambiantes experiencias y eventos a los que se ve sometido cotidianamente.

Estos constructos comienzan a generarse incluso antes de la aparición del lenguaje, por lo que no todo de sí mismo puede ser dicho, sino que sobreviven en las construcciones pre-lingüísticas, aún tácitamente, que como dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es aquello: Que no se entiende, percibe, oye o dice formalmente” en tanto que tal, el lenguaje es insuficiente para dar cuenta de todas las construcciones que llevan a la conducta, en donde ésta ya no es un fin sino sólo el medio por la cual el experimentador pone en acción algunos comportamientos, a veces incomprensibles, o visualiza erróneamente el venidero acontecimiento.

Kelly es un autor y pensador práctico y teórico que construye la teoría desde el mismo espacio terapéutico y sin embargo no siempre ha recibido el mérito por sus trabajos, es él quien nos invita a pensar la psicología como una empresa experimental donde tanto psicólogo y paciente son científicos-experimentadores. De allí que se le considera uno de los primeros constructivistas aplicado a la psicoterapia a decir de Neimeyer y Mahoney (1998), y a pesar de ello sufre de cierto olvido en los textos de psicología, donde su propia producción y sus pensamientos no han tenido la cobertura para dar cuenta de su obra.

Con esta tesina busco sintetizar y poner al servicio de los interesados un pequeño escalón desde donde visualizar mejor los interesantes aportes que nos legó George Kelly.

Como no es menor conocer la ruta de vida seguida por el autor, expondré brevemente su biografía, con los momentos más importantes que bien puede señalarnos un mejor entendimiento de la personalidad de Kelly y situarnos en el entorno que lo vio crecer.

Luego una primera parte con el devenir de sus ideas con respecto a su novedosa manera de ver el desarrollo humano y la forma en que se construye, su forma de aprender y la visión filosófica desde donde nacen sus posteriores ideas a lo que he llamado su ruta teórica.

En una segunda parte presentaré los fundamentos de los constructos personales y sus distintos corolarios que dan cuenta de cómo nos acercamos o construimos la realidad y, como su nombre lo indica, lo hacemos tan personalmente.

En tercer lugar haré una aproximación a la práctica psicoterapéutica desde este modelo que intenta modificar los constructos personales, a lo que Kelly (1966c) llamó el Alternativismo Constructivo, que es su premisa filosófica: “Todo lo que existe puede ser reconstruido” (Pág. 190). Alternativa novedosa que se opone al dogmatismo con que la psicología venía enfrentando el quehacer humano y los acontecimientos que le oprimen. Para ello nos propone una visión más que pensando en el pasado, una visión enfrentada a las próximas actuaciones del hombre en su futuro.

En cuarto lugar no podría dejar fuera de este trabajo una de las técnicas más usadas por Kelly, la técnica del Rol Fijo y que a despecho de él mismo, ha sobrevivido mucho más tiempo de lo que él mismo en algún momento pregonizó.

Comencemos pues con esta breve descripción de su biografía.

Biografía

Theodore Kelly ejercía como ministro de la iglesia presbiteriana cuando conoció a Elfleda, una profesora de colegio que recién comenzaba a ejercer, con quien posteriormente se casaría. Al poco tiempo y afectado por serios problemas de salud debió dejar su trabajo pastoral y se mudó junto a su esposa a una granja cercana a Perth en Kansas; allí nació el hijo único de los Kelly, George, el día 28 de abril de 1905. No es de extrañar entonces que las lecturas y meditaciones de su padre lo acompañaran durante su infancia y juventud, de allí tal vez las constantes citas y reflexiones que luego hará de pasajes, de capítulos y versículos bíblicos.

La escolaridad de George Kelly no estuvo ausente de problemas por los continuos cambios que la familia debió enfrentar, pues se mudaron a Colorado cuando él aún era pequeño y más tarde, otra vez, como diría Ortega y Gasset “obligados por las circunstancias” (escasez de agua en Colorado), se vieron forzados a regresar a Kansas. Gracias entonces a la madre educadora, fue que George Kelly, aún a pesar de los continuos cambios, terminó su educación. Cuando cumplió los 13 años fue enviado al instituto de Wichita.

Sin tener claridad aún en su qué hacer futuro, logró su bachiller en física y matemáticas en el colegio Park. Luego un Master en sociología en la Universidad de Kansas, cuya tesis se basaba en un estudio de las actividades de los trabajadores de la ciudad de Kansas en sus tiempos libres. De allí se traslada a Minnesota donde enseña oratoria pública en organizaciones laborales y bancarias; además en esos días da clases de ciudadanía a inmigrantes.

No pasó mucho tiempo antes que decidiera un nuevo traslado, esta vez a Sheldon, Iowa, donde disfrutando de su hobby enseña y supervisa clases de teatro dramático, actividad que posteriormente y en conocimiento a lo que hacía Jacob L. Moreno con el psicodrama, también aplicará en su teoría. Es allí, en Sheldon, que conoce a la que será su esposa, Gladys Thompson.

Becado viaja nuevamente en 1930, esta vez a la Universidad de Edimburgo, donde obtiene el grado de educador con mención en psicología, cuya tesis versaba sobre “La predicción del éxito pedagógico”. De regreso en Estados Unidos en 1931 recibe la Licenciatura en Psicología de la Universidad Estatal de Iowa y posteriormente el de Doctor en filosofía con una tesis de “Los Factores Comunes en las Incapacidades de Lectura y Locución”.

Vinieron luego los duros años de la depresión económica que a él lo encuentra trabajando en Fort Hays Kansas State College, y es aquí donde comienza a elaborar su teoría y prácticas técnicas clínicas. Crea, además, un programa de clínicas ambulantes que cubría todo el estado, donde ofrecía a sus estudiantes una práctica, nunca mejor expresada que ésta, en el propio terreno, ambulatoriamente.

Para la segunda guerra mundial trabaja para la Universidad de Maryland y presta servicio de psicólogo a la marina en la división aérea. Apenas terminada la guerra es nombrado en 1946 director del programa clínico de la Universidad estatal de Ohio, lugar donde le da madurez a su teoría y escribe ambos volúmenes de La Psicología de los constructos personales, que salen a la luz pública el año 1955. Poco después de esa gran publicación es un invitado de excepción para enseñar y pronunciar conferencias en distintas Universidades, incluyendo algunas prestigiosas casas de estudio de Europa y la Unión Soviética, en Universidades de Asia y América del Sur.

George Kelly nos legó además muchos escritos y conferencias que se guardaron y se publicaron en las diversas revistas del mundo cognitivo y humanista. Para 1965 trabajaba de investigador en la Universidad de Brandeis junto a Maslow, donde ocupa la cátedra de Ciencias de la Conducta, cargo que desempeña hasta su muerte.

El 6 de marzo de 1967 a la edad de 62 años muere dejando tras de sí una teoría que pregonizó no duraría más que unos años; de hecho él decía: “Esta teoría está francamente diseñada para contribuir eficazmente a su propio derrumbe y superación” (Kelly 1958, Pág. 52). Sin embargo, con el correr del tiempo no se ha derrumbado pues son muchos los que de allí, desde los pilares creados por él, han construido nuevas variantes y perfeccionado algunas de sus innovadoras ideas.

I Ruta Teórica.

Cómo hacer para seguir la ruta de las ideas que atraparon la imaginación de Kelly, cuando él mismo nos indica que al hombre no hay que mirarlo en el instante o su tiempo, sino que hay que pensarlo en la perspectiva de los siglos; es allí desde donde nos nutrimos, encontrando los fundamento acerca del hombre, del universo y de la ciencia.

“...las filosofías, nos dice Hegel (1981), son su propia época expresada en pensamiento; pertenecen a su época y se hallan prisioneras de sus limitaciones: el individuo es hijo de su pueblo, de su mundo y por mucho que quiera estirarse, jamás podrá salirse verdaderamente de su tiempo, como no puede salirse de su piel” (Pág. 17-18). Y sin embargo sí se sale, las ideas quedan en el tiempo, aprisionadas en el devenir de los siglos, esperando que otros investigadores las rescaten y el filósofo se estira a lo largo de los siglos y se sale de su misma piel y atrapa otros cuerpo y otras mentes que continúan despejando senderos y dando cuenta de ella, poniéndolas en juego a nuevas realidades; no son en caso alguno fósiles intelectuales, ni siquiera reliquias o huellas del pasado, pues siguen siendo sus ideas parte vital del pensamiento y por supuesto patrimonio intelectual de la humanidad y es por eso que nuestras raíces y nuestros más caros pensamientos se hunden en los tiempos hasta el mismo siglo VI a. C. y quizás antes.

El Hombre.

Kelly “no niega que los seres humanos compartan habitualmente las ideas y prejuicios de los demás… así que solemos hacer las cosas de la manera en que las hemos hecho siempre, o como las han hecho otros con anterioridad, pues las ideas novedosas que se expresan abiertamente pueden ser perturbadoras para los demás y peligrosas para nosotros (y callamos en virtud del bien común y para nuestra protección)… Y con frecuencia aceptamos los dictámenes de la autoridad en contra de nuestro juicio, con la esperanza de no ser responsables de lo que suceda.”. (1966b, Pág. 255).

La teoría de Kelly se inicia con dos nociones muy simples:

1 -. “Que se comprendería mejor al hombre si se le considerase en la perspectiva de los siglos” y no como uno puesto en el instante. (Kelly, 1966, Pág.13).

El hombre ha construido ideas o extendido sus constructos con las variadas sucesiones de su experiencia en los tiempos a través de los siglos, mirando su universo y descubriendo allí que existen cosas que no cambian; descubrió entonces que existe en verdad cierto orden. De este modo aumentó su capacidad de prever y anticipar el futuro haciendo uso de sus experiencias del pasado. Y no es menos cierto que también a las teorías se les puede mirar en la perspectiva de los siglos, pues van recogiendo el sembrado como ideas aferradas a la tierra y, como granos de esperanza, esperan pacientes el momento de germinar.

La otra idea de Kelly es:

2 -. El reconocimiento de que cada hombre mira los acontecimientos de modo personal.

Es de esta observación que visualiza entonces a un tipo de hombre nuevo, al que llama “Hombre científico” (1966, Pág.15) es esta visión de hombre como la de un científico, más allá de los títulos académicos, es una abstracción de toda la humanidad, que posee sus propias teorías (constructos) e intenta con ellas anticiparse a los acontecimientos; es en tanto cada hombre y a su manera un científico que elabora sus hipótesis o expectativas, que luego revalida a la luz de los resultados que se van produciendo.

En Palabras de Humberto Maturana (1987) sería que se reconoce al observador como un participante constitutivo de lo que observa. El cambio que aquí se propone es evidentemente radical: el paso de un Universo, es decir, de una realidad objetiva unívoca que es igual para todos, a un Multiverso, en que cada mundo construido por el observador es igualmente válido y único respecto de otros.


La idea que el cerebro es un mero recipiente donde se depositan las informaciones varía fundamentalmente, se considera ahora a éste como una entidad que construye la experiencia y el conocimiento, los ordena y da forma. Desde allí crea estas construcciones tan personales que al hablarlo e intercambiar ideas con otros interlocutores, crea la realidad.

“Desde este punto de vista – nos dice Kelly– la verdad humana no se descubre ni se refriega para mantenerla fresca; siempre se inventa y está sujeta a un perfeccionamiento cotidiano. Todo lo que se descubre es una coherencia práctica entre las anticipaciones y sus resultados aparentes” (1961a, Pág. 226).

El hombre, con la experiencia de su propia historia, crea y modifica su realidad, la que siempre está en proceso fluido en los distintos contextos, circunstancias e interacciones.

Y tal como nos clarifica D. Hume (2004) cuando apela a un diálogo entre Alejandro de Macedonia y Parmenio: “Si yo fuera Alejandro –decía Parmenio- aceptaría estos ofrecimientos que hace Darío. También yo los aceptaría –replicó Alejandro- si yo fuese Parmenio” (Pág.113)

Es así que cada uno tiene un relato de su propia vida y cuenta sus propias historias, todas ellas verdaderas producto de su íntima biografía. Es en estas historias o narraciones donde fijamos los recuerdos y borramos otros, creando de esta forma nuestra identidad, la que en el transcurso del tiempo vamos corrigiendo. Kelly (1964) tiene la concepción de que en “el ser humano no cuenta tanto lo que es, sino lo que se atreve a hacer de sí mismo”, (Pág. 89).

Así vamos dando consistencia a nuestra existencia, en aquello que hacemos, otorgando significación, congruencia y justificación a nuestro proceder o razón de ser; son en tanto que tal, todos los discursos o narraciones múltiples, distintas y todos sin excepción válidas, pues nacen de las experiencias y de las historias diferentes.

La vida del hombre debe considerarse en la perspectiva del tiempo y, sin embargo, “es más que un simple cambio, que se caracteriza porque es esencialmente mensurable en esas dimensiones, con su capacidad de representar otras formas de realidad, aún cuando retiene la suya propia” (Kelly 1966, Pág.20), entonces es posible que puede darse el caso que lo percibido esté exento de realidad, pero que sin embargo para él sea absolutamente verdadera, pues las percepciones son parte de sus verdades. Como antes lo dijo en su particular e ingeniosa manera Nietzsche (2004, Pág.58) “Una buena cucharada de sopa decide muchas veces si hemos de mirar el porvenir con desconfianza o con ardiente fe”.

El Universo.

Kelly (1966, Pág. 17-18) comienza su razonamiento dando cuenta que todo pensamiento está basado en convicciones previas y que dentro de éstas hay tres fundamentales:

1-. “El universo está realmente existiendo y que el hombre, paulatinamente, está consiguiendo comprenderlo...

2-. …Que el universo es integral… que funciona como una unidad, con relaciones entre todas las partes.

3 -. …Que el Universo cambia continuamente respecto de sí mismo… siempre sucede algo”


Es de esta forma que se aleja del mecanicismo de la época, ese mundo de la gran máquina que explica todo desde la causalidad lineal, donde la realidad está conformada por una colección de sistemas cerrados, de grandes estabilidades y busca allí las explicaciones a todo fenómeno. Sin embargo, el autor ya nos anticipa que “el ser humano sólo conoce el mundo a través de sus percepciones de él. Y como sólo dispone de sus percepciones, el mundo es, para todos los fines prácticos, tal como lo construye” (Kelly, 1965, Pág. 181)

Con Kelly y otros autores comienza una visión distinta con nuevas ideas que revolucionan el ambiente científico; La biología nueva de Maturana y Varela; La teoría del Caos y de Los sistemas; Las Pautas de Repetición, comienzan a conformar una visión del hombre en la diferencia, no mecanicista; allí donde las objetividades tenían su reinado, comienzan a destronarse en la individualidad y se comienza a enfrentar un mundo en que los objetos no existen independiente del conocimiento. Donde nosotros, cada uno, ordenamos el mundo desde nuestras vivencias o experiencias.

Parecido razonamiento había hecho ya antes el Sofista Protágoras cuando decía que: "El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en tanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son". (Fragmentos, 2003). Protágoras, siguiendo la línea de su maestro Heráclito y la movilidad, sostuvo que la experiencia es inseparable de una impresión producida por la entrada en relación de dos realidades distintas, independientes primero una de la otra y cuyos movimientos se afectan recíprocamente; o sea que la cualidad de un objeto no constituye su propiedad permanente, en tanto que “tales me parecen los objetos, tales son para mí, y tales te parecen a ti, tales son para ti” (Ibid. 2003). Con esta reflexión Protágoras nos dice que los individuos colocados aún de la misma manera frente a un objeto, lo perciben diferentemente en razón de su estructura particular.

Esta concepción del mundo es entonces un proceso de construcción dialéctica, donde éstas evolucionan en la experiencia hacia nuevos niveles de integración y combinación, divergencia y contrastes, donde nuestra representación del mundo y aún la de nuestra propia identidad, no se corresponden con una descripción estática y fija, sino que son una historia viva o dos versiones de la misma historia, que se desplazan evolutivamente al ritmo y al compás con que el propio narrador se desplaza por el tiempo.

Kelly toma prestada la idea de Protágoras nuevamente cuando éste enunciaba que: “No hay verdades objetivas, absolutas y universales, sino que las cosas son tal y como son percibidas por cada uno de nosotros” (Ibid 2003). Es así entonces que nos dice que vivimos básicamente en dos mundos, uno de ellos es aquél que está fuera de la comprensión humana (o no percibidas) y un segundo mundo más cercano, aquel que podemos interpretar bajo formas de representación o construcciones personales, acentuando entonces esta capacidad única en la que cada cual da sentido a sus experiencias en el mundo. De esta forma, entonces, llega a entender que no existen teorías y mucho menos teorías psicológicas absolutas; todo es interpretación de los acontecimientos, que nada es absoluto o materia de hecho, sino solamente de opinión.

Kelly, al presumir que el universo es integral, que funciona como una sola unidad donde todas las piezas se correlacionan exactamente en un continuo fluir, toma las ideas del pre- socrático Heráclito (Ibis 2003) quien decía que nadie se baña dos veces en el mismo río, dando cuenta del fluir de la vida y del cambio, tanto del sujeto experimentador (bañista) como del objeto (río); en este devenir eterno todo cambia constantemente de lugar.

Pero además Heráclito es el propulsor de la idea que: "Una misma cosa es (en nosotros) lo viviente y lo muerto, lo despierto y lo dormido, lo joven y lo viejo” (Ibis 2003). Donde se puede deducir, cuando dice Heráclito que dos contrarios son lo mismo, no significa que pierdan sus diferencias (fenoménicas), sino que en relación con lo uno están en un perpetuo movimiento. Es decir, no es que sean dos polos opuestos, como por ejemplo blanco y negro, sino que uno existe como consecuencia del otro y son iguales en tanto y en cuanto se necesitan mutuamente para su propia existencia. Esto Kelly lo anunciará en uno de sus más importantes corolarios, al que llamó de la Dicotomía o bipolares, que más adelante veremos.

Kelly introdujo en su teoría, además, las ideas del filósofo alemán Hans Vaihinger (1852-1933) autor que declara la filosofía del “como si”, quien tomando las afirmaciones de Nietzsche sobre que "La verdad no es un valor teórico, sino tan sólo una expresión para designar la utilidad, para designar aquella función del juicio que conserva la vida y sirve a la voluntad de poderío" o "La falsedad de un juicio no es una objeción contra este juicio. La cuestión es hasta qué punto estimula la vida, conserva la vida, conserva la especie, incluso quizá educa la especie". Vaihinger en su obra (1911) “La filosofía del como si”, hizo suya la concepción de Nietzsche y consideró que el hombre es, en primer término, un ser activo donde el intelecto no le ha sido dado para conocer la verdad, sino para obrar. Pero muchas veces sirve a la acción y a sus fines justamente porque emplea representaciones falsas.

El intelecto trabaja de preferencia, según Vaihinger, con supuestos conscientemente falsos, con ficciones; pero éstas se presentan como ficciones necesarias desde el momento en que se muestran útiles y vitales. “Donde la verdad es sólo el error más adecuado” y “Que todo progreso no es sino un error constantemente rectificado”. (1911).

Con estas ideas todo puede ser visto como una proposición, a lo que Kelly llamó la “lengua de la hipótesis” y que empleará en la técnica de Rol Fijo, donde invita a que nos preguntemos “qué tal si sucede esto como si”; esta táctica nos introduce en dos ítems de importancia:

Primero, que permite que momentáneamente suspendamos nuestras viejas creencias y Segundo, nos aísla de los acontecimientos presentes e inmediatos que nos presionan o duelen y nos lanza a un imaginario futuro donde podría predecirse más exactamente algún acontecimiento bajo una nueva presunción de verdad.

La Ciencia.

Para Kelly “No hay realidad objetiva ni hechos” y no es menos cierto que las diferentes teorías tienen también distintas construcciones de los fenómenos, cada una de ellas con sus propios rangos o focos de conveniencia, desde donde intentan dar todas las respuestas; es por ello que pretenden siempre conducir a la investigación. Sin embargo, es en este intento donde se pone un énfasis extremo en la medición que muchas veces puede ser limitante y conllevan a que los conceptos se vean como “cosas” en vez de representaciones.

El método clínico de Kelly nos conduce a nuevas ideas y centra la atención en preguntas importantes que sólo podrá responder el “Científico-Paciente”, al que apoyamos a resolver sus enigmas ayudándolo a resolver los problemas en el ámbito personal y social a los que se ve enfrentado cotidianamente.

Las teorías se hacen para modificarse y abandonarse: en contra del dogmatismo de las teorías totalitarias o tan abarcadoras que esperan no ser sobrepasadas en los tiempos, en donde la figura griega de Procrusto toma realce, en la obsesión teórica que todo debe caber en su lecho; cualquier nueva idea, acontecimiento o conducta, se debe estirar o encoger hasta que quepa en su lecho teórico y fuerza de esta forma, sino a la teoría, al hombre, para dar cabida a toda realidad individual; en fin, allí todos debemos dar el tamaño necesario que la teoría exige.

Kelly nos anuncia que incluso la suya será sobrepasada; sin embargo, en los años setenta la teoría recibió la atención de autores que señalan que, en efecto, la persona actúa de acuerdo a cómo construye los estímulos y no a los estímulos mismos. En los ochenta otros autores como Mahoney, Guidano, Neimeyer, Liotti evolucionaron también hacía una postura constructivista de la psicoterapia y con ellos retomó la vigencia que aún ocultaba; luego y por otro lado, distintos investigadores clínicos reconocen que las construcciones de la experiencia no se limitan sólo a pensamientos y a emociones, ahora se las considera formas fundamentales de conocimiento en las terapias constructivistas (Feixas y Villegas, 2000; Neimeyer y Mahoney.1998).

II Los Constructos o Sistemas Constructivos.

El hombre, nos dice Kelly, es un creador de pautas devenidas de la experiencia y que luego, ante eventos semejantes, intenta ajustarlas con la realidad o realidades de los que según él se compone el mundo; estas pautas o creaciones están siempre poniéndose a prueba e intentan mejorar sus constructos aumentando e “incluyéndolas” en sus ya antiguos repertorios. En tanto que tal “el hombre es quien crea sus propias maneras de ver el mundo; no es el mundo quien las crea para él” (Kelly, 1966, Pág.. 24). Sin embargo, está de acuerdo que de alguna manera siempre el hombre puede estar obligado por las circunstancias y así nos lo recuerda en: “Asumir que el ser humano es el autor de su destino no equivale a negar que puede estar trágicamente limitado por sus circunstancias” (Kelly, 1966, Pág.35) pero que éstas, sin embargo, nunca nos convertirían en víctimas de ellas si fuéramos capaces de intentar un cambio de constructo.

Un cambio tal que requiere imaginación para vislumbrar otras posibilidades, pues “Los constructos no son abstracciones que flotan en el éter. Representan los modos en que tratamos las cosas. Sin elementos a los cuales aplicarlos, los constructos no existen. Los constructos de una persona deben ser comprendidos tanto en su extensión como en su intención, ya sea a los constructos propios y a la de los demás” (Kelly, 1962, Pág.136).

El hombre requiere para su estabilidad, tener la capacidad de predecir y es en estas construcciones y representaciones de su universo donde encuentra las herramientas que le permiten llegar a hacerlo. Sin embargo, no solamente predice los acontecimientos, sino que además prueba la exactitud de la predicción una vez ocurrido ya el suceso. Es en este principio que también las personas comunes son científicas, pues tienen construcciones de su realidad, en igual forma que los científicos tienen sus teorías. Tienen expectativas o anticipaciones, como también los científicos poseen hipótesis. Se precipitan en comportamientos que intentan probar esas expectativas, tal cual los científicos hacen con sus experimentos. Más aún, mejoran su comprensión de la realidad sobre la base de sus experiencias y como los científicos, ajustan su teoría para que los hechos encajen en ella.

Es en “La relación establecida por una construcción o un sistemas de construcciones, sobre sus elementos subordinados que es determinística”. Luego agrega que “Hay dos formas de determinismos, una es el determinismo que constituye el rasgo esencial de cualquier sistema de construcción organizado: el control de las construcciones supraordenadas sobre elementos subordinados” y la segunda determinación es: “La continuidad esencial. A causa de esta continuidad podemos considerar que existe un determinismo que opera entre acontecimientos antecedentes y subsiguientes” ( Kelly, 1966, Pág.36).

Kelly pone relevancia sólo al primer determinismo, pues escribe que es allí donde “el hombre en la medida en que puede construir sus circunstancias, puede encontrar por sí mismo libertad de la dominación de éstas, es así que el hombre puede esclavizarse a sus ideas o ganar su libertad reconstruyéndolas” (Kelly, 1966, Pág.37). Es a esta reconstrucción a la que llamó “constructivismo alternativo”; “según ella, nos dice, la realidad está sujeta a muchas construcciones alternativas, algunas demostrables y más fructíferas que otras” (Kelly, 1961b, Pág.97) y sostiene la idea de que sí existe una sola realidad verdadera, la realidad siempre se experimenta desde una u otra perspectiva o construcción alternativa. Sin embargo, la construcción de cualquiera nunca está del todo completa pues el mundo es simplemente demasiado grande y complejo para que alguien pueda lograr una perspectiva perfecta. Y la perspectiva de cualquiera de nosotros no debe verse completamente ignorada. De hecho, cada perspectiva es una perspectiva de la última realidad y tiene algún valor para esa persona en ese tiempo y lugares precisos. Es por esta y otras razones que existe un número infinito de construcciones alternativas que lanzamos al mundo, puesto que todo suceso siempre queda accesible a un sin fin de construcciones alternativas y es en este bosquejo, donde podríamos agregar que toda verdad humana está en procesos de cambio y de perfeccionamiento cotidiano, para ir dando la coherencia necesaria para intentar anticipar y evaluar los resultados aparentes, que de no funcionar podemos entonces reconstruir.

El Fundamento.

George Kelly organizó su postulado en 11 corolarios donde lo principal dice lo siguiente: “Los procesos de una persona están psicológicamente canalizados por los modos cómo ella anticipa los acontecimientos” (Kelly, 1966, Pág.69). Determinada esta canalización no sólo por las realidades externas, sino además por los esfuerzos propios para anticiparnos a los eventos.

“Por tanto la teoría de los constructos personales, como la experiencia clínica nos sugiere, es que existe otra manera de relacionarnos con nuestros pares. Si vemos a nuestro prójimo como un mero mecanismo conductual, lo trataremos como a un animal infrahumano e incluso como a un objeto inanimado. Pero si lo comprendemos como una criatura que tiene, a su vez, un punto de vista (que inventa, prueba y revisa) nuestra interacción será de un orden diferente. En este caso lo construiremos como a un ser que también desarrolla construcciones por su parte. Para entender a una persona hemos de interpretar sus construcciones, no sólo su comportamiento” (Kelly, 1965, Pág.183) y es a este proceso al que denomina como búsqueda científica, que va desde la hipótesis al experimento o a la observación y desde la anticipación a la experiencia o comportamiento.

Anticiparnos a todo, al mundo, a otras personas, incluso a nosotros mismos y además hacerlo siempre, invariablemente a cada hora, día tras día…y cada año tras el otro.
Así enfrentamos toda situación recurriendo a las expectativas que la experiencia anterior indica y que de no existir ella, entonces se enfrenta una nueva escenografía con temor y confusión Es así entonces que un postulado como Kelly lo plantea, es en verdad una suposición básica que antecede toda lógica a la cual por sí misma sostiene.

Por otra parte, no debemos olvidarnos que el sentido de anticipación que tiene Kelly “es distinto del habitual. No se refiere a la actividad conciente de imaginar cómo será algo que preveemos que va a suceder, sino a las dimensiones de significado, al sistema de construcción, cuya función principal, es la de anticipar los acontecimientos, los haya imaginado conciente o no” (Botella & Feixas, 1998, Pág.59).

La representación del significado asume que éste es producto de la correspondencia entre el conocimiento y el mundo “tal como es en realidad”; es decir, según esta teoría la realidad penetra en nuestro sistema nervioso vía los órganos de los sentidos y queda almacenada en la memoria a modo de copia o reproducción. Por tanto, “el significado de cualquier representación consiste en su precisión como copia del modelo” (Botella & Feixas, 1998, Pág. 31).

Luego se debe clarificar que para esta teoría, no debe olvidarse que el significado es contextualista, en el sentido que se forma en el contexto de la experiencia, pues reconoce que hay diversas formas de ver un fenómeno, sin embargo su reconocimiento depende del contexto del que emana.

Y quisiera agregar que es, además, una esperanzadora manera de mirar al hombre, en tanto que el acontecer futuro no es inexorable, pues el mañana no es sólo un dato y menos aún un dato ya dado, pues éste puede o no venir a nosotros y es esperanzadora porque el mañana puede ser hecho por nosotros y construirlo de forma distinta, reconstruyéndonos o modificando nuestros propios constructos, en tanto personales y sociales.

De los Corolarios.

1 El Corolario de la Construcción.

“Una persona anticipa los acontecimientos construyendo sus réplicas”.

Kelly (1966, Pág. 74).

Construimos nuestras anticipaciones usando nuestra experiencia pasada para permitirnos ver las coincidencias con antiguas construcciones; de allí inferimos la similitud de los acontecimientos, pues no debemos olvidar que somos siempre conservadores, en tanto que tal, siempre esperamos que los hechos ocurran tal como esperamos o que nuestra construcción anticipe. Exploramos entonces las pautas y las estabilidades de nuestras anteriores experiencias. Es entonces que estas construcciones sirven igualmente para acercar similitudes y, claro está, para distinguirlas de las que no se fronterizan con la expectativa creada.

2 El corolario de la individualidad.

“Las personas difieren unas de otras en su construcción de los eventos”.

Kelly (1966, Pág. 80).

“Las personas difieren entre sí -. Nos dice Kelly -. No sólo porque pueden haber diferencias en los acontecimientos que pensaron anticipar, sino porque existen diferentes enfoques para la anticipación de los mismos acontecimientos” Así pues, que cada uno de nosotros tiene experiencias distintas, la construcción de la realidad de cada uno es diferente al de otro. Y es por estas diferencias personales que George Kelly bautizó a su teoría como una teoría de constructos personales.

Él no está de acuerdo con los sistemas de clasificación; sin embargo, nos agrega, que de ningún modo la experiencia no puede ser compartida, “pues cada uno puede efectivamente construir las semejanzas y diferencias entre los acontecimientos entre los cuales está implicada ella misma, junto con aquellos en los cuales ve implicada a las otras personas”. (Pág. 80 – 81).

3 El corolario de la organización.

“Cada persona desarrolla de manera característica, para su conveniencia en La anticipación de acontecimientos, un sistema de construcciones que amplía relaciones ordinales entre construcciones”. Kelly (1966, Pág. 82).

Algunos constructos están subordinados a otros, o “bajo” otros constructos. Hay dos versiones de esto. Por supuesto que muchos constructos son independientes entre ellos.
A veces, la relación entre dos constructos es muy estrecha. Si se usa consistentemente un constructo para que prediga a otro, tenemos una construcción estrecha. Prejuicio sería un buen ejemplo: tan pronto colocamos una etiqueta a alguien, inmediatamente y de forma automática asumimos otras cosas sobre esa persona. Llegamos a conclusiones. Cuando “hacemos” ciencia, necesitamos usar construcciones estrechas. Llamamos a esto “pensamiento riguroso”. Aquellas personas que se consideran realistas prefieren con frecuencia las construcciones estrechas.


Pero hay un pequeño paso entre lo riguroso lo realista y lo rígido. Y esta rigidez puede tornarse patológica, de forma que una persona obsesivo-compulsiva tiene que hacer repetidamente cosas “sólo porque sí” o romperá en una crisis de ansiedad.
Usamos construcciones libres cuando fantaseamos y soñamos, cuando se han roto las anticipaciones y se permiten combinaciones bizarras.

El ciclo creativo hace uso de estas ideas. Cuando nos ponemos creativos, en primer lugar liberamos nuestros constructos (construcciones fantasiosas y reflexivas alternativas) Cuando nos topamos con una construcción novelesca que nos parece que tiene algún potencial, nos centramos en ella y la estrechamos. Por supuesto también usamos el ciclo creativo en las artes y aún, agregaría, no en las tan bellas.

En principio, nos liberamos y nos volvemos creativos en el sentido más simple; luego estrechamos y le damos sustancia a las creaciones que hacemos.
En definitiva, al decir de Botella & Feixas (1998) “lo central del corolario de la organización es que los constructos no tienen un valor en sí mismos, sino que se insertan en una red semántica amplia y a menudo muy compleja, cuya característica más definitoria es que es jerárquica” (Pág. 60).

4 El corolario de la dicotomía.

“El sistema de construcción de una persona está compuesto de un número finito de constructos dicotómicos”. Kelly (1966, Pág. 86).

“La construcción dicotómica denota -. Dice Kelly (1966) -. Un aspecto elemental existente dentro de un ámbito de conveniencia, sobre la base en los cuales algunos elementos son semejantes a otros y algunos están en contraste. En su contexto mínimo una construcción es el modo en el que al menos dos elementos son semejantes y contrastan con un tercero. Por lo tanto, debe haber al menos tres elementos en contexto, o por supuesto

puede haber más”. (Pág.88).

Kelly también les llama constructos bipolares para enfatizar su naturaleza dicotómica. Tiene dos extremos o polos: allí donde hay delgadez debe haber gordura; donde hay alto, debe haber bajo; donde hay arriba debe haber abajo y así sucesivamente.

Si todo el mundo fuese ciego, entonces lo ciego (por emular al refrán del tuerto rey) se volvería insignificante (con falto de significado) o idéntico en sentido a “cualquiera”.

Son muchos los constructos que tienen nombre o pueden nombrarse fácilmente: bueno-malo, contento-triste, introvertido-extravertido, caliente-frío. Pero existen otros que no son nombrables. Y que incluso, nos recuerda, hasta los bebés tienen constructos: Comida que Como vs. Comida que Escupo; Peligro vs. Seguridad; Mamá vs. Extraño. No es antojadizo, entonces, que muchísimos de nuestros constructos sean no verbales tales como los hábitos, todo aquello que reconocemos y sin embargo no nombramos.

Kelly hace diferenciación con respecto a los constructos: Los constructos periféricos (constructo que no es básico para el sistema de constructo y puede alterarse sin serias consecuencias para el resto del sistema) son aquellos más universales, propios de los demás aunque incluyan aspectos propios de uno mismo. Y Los centrales (constructo que es básico para el sistema de constructo de la persona y no puede alterarse sin consecuencias serias para el resto del sistema), son los más significativos para uno mismo y que determinarían lo que somos.

“El psicólogo que emplee el enfoque de la psicología de las construcciones personales considerará siempre la búsqueda de los elementos contrastantes en las construcciones, tanto como los elementos similares. No supone que conoce la semejanza hasta que no tiene cierta idea de los contrates” Kelly (1966, Pág. 101).

El elemento contrastante en las construcciones es aquel que se percibe como diferente de otros dos con los que forma un polo de similitud.

5 El corolario de la Elección.

“Una persona selecciona o escoge para sí misma aquella alternativa, en una construcción Dicotómica, por la cual anticipa la mayor posibilidad de extensión y definición de su sistema”. Kelly (1966, Pág. 92).

Kelly (1966) nos comenta que “Cuando una persona se enfrenta a la oportunidad de una elección, tenderá a hacer ésta a favor de la alternativa que parezca proveer la mejor base para anticipar los acontecimientos por producirse” (Pág. 92).

Es así que la realidad siempre está allí proponiéndonos distintas alternativas, bifurcaciones o ramales para enfrentarla, pero siempre escogemos cómo construirla y/o interpretarla, pensando o adivinando a veces desde nuestros constructos, cuál de las posibilidades nos beneficia más. Es en esta elección donde también se ponen en juego otros constructos como la dicotomía. Un sin fin de posibilidades se ponen en juego y esto no impide ciertas graduaciones relativas donde se escogen, a veces, otras alternativas que parecen atajos o pasadizos, que siempre intentan probar que el constructo jerárquico puesto en acción dará sus resultados en la predicción del venidero acontecimiento, en un intento de adquirir aún más seguridad en el constructo dominante.

6 El corolario de Ámbito.

“Una construcción es conveniente sólo para anticipar un ámbito finito de acontecimientos”. Kelly (1966, Pág. 97).

Kelly siempre deja claridad en que los constructos no son válidos para todo. Están siempre limitados por el ámbito en que se recrea. En un rango de conveniencia, que son todos aquellos eventos o fenómenos que son cubiertos por un constructo o por un sistema de constructo, donde dicho constructo se mueve; es así entonces que hay algunos constructos muy estrechos y otros más amplios o extensos en cuanto a sus aplicaciones, siendo quizás el más amplio Bueno y Malo, ya que es aplicable a cualquier cosa. Sin embargo, como los constructos son Personales y se construyen en un ámbito específico, cada uno valora desde su propio relativismo; lo que es amplio para mí puede ser muy específico para otro.

Es por ésta y otras razones que la construcción se urde o trama por las dimensiones de semejanza y contraste, que por ser tan personal están basados en la experiencia única del sujeto, cómo construye desde allí la semejanza y lo opuesto.

“En la práctica entonces -. dice Kelly- se deben buscar no sólo las semejanzas, sino además sus opuestos y ver la extensión del ámbito de conveniencia del constructo” (1966, Pág. 102).

7 El Corolario de la experiencia.

“El sistema de construcción de una persona varía con la construcción sucesiva de réplicas de los acontecimientos”. Kelly (1966, Pág. 102).

La experiencia está formada por variadas sucesiones de acontecimientos.
Kelly (1966) dice que “No es lo que ocurre alrededor de él lo que hace que un hombre adquiera experiencia, sino la sucesión de construcciones y reconstrucciones de lo que ocurre lo que enriquece las experiencias de su vida” (Pág.104).

Las construcciones experienciales se van modificando a medida que ocurren acontecimientos inesperados, así se valida la construcción en la propia experiencia. Estas construcciones son las que Kelly llama “Hipótesis de trabajo”; son réplicas de antiguas experiencias, que pueden sufrir cambios con los nuevos acontecimientos, éstas van entonces evolucionando y es la forma en que vamos aprendiendo. Y como describí anteriormente, se hace patente la idea de “Que todo progreso no es sino un error constantemente rectificado”.

8 El corolario de la modulación.

“La variación en el sistema de construcciones de una persona, está limitada a la permeabilidad de las construcciones, dentro de cuyos ámbito de conveniencia se hallan las variantes”. Kelly (1966, Pág.109).

Algunos constructos son “permeables” cuando pueden añadir diferenciadamente nuevas experiencias. Estos constructos pueden abarcar otros elementos que se insertan en el constructo y lo amplían de tal forma que lo dejan más apto para enfrentar otros nuevos acontecimientos y lo acercan a la visualización de futuros aceptables y con mejores niveles de anticipaciones reales. Sin embargo, otros constructos son relativamente impermeables.

Kelly nos comenta que los constructos se encuentran en relaciones complementarias donde algunos constructos se subordinan, se ordenan o ubican a otros mayores supraordenadas y estos pueden adquirir libremente disposiciones de nuevos sistemas con todos los elementos subordinados; de allí las dilataciones, si se amplía el ámbito del constructo, o bien, constreñirlo para dar potestad a sus valorizaciones, en tanto que tal, están ligadas también a un orden emocional.

9 El corolario de la fragmentación.

“Una persona puede usar sucesivamente una variedad de subsistemas de construcciones, que son por inferencias incompatibles entre sí”. Kelly (1966, Pág. 116).

Para nuestro autor los cambios a nuevas construcciones no devienen necesaria y directamente de las antiguas, sólo asegura que estos cambios se realizan dentro de un sistema más amplio y pueden ser colaterales más que lineales, entonces no es de extrañar que entre ellas pueda haber incompatibilidad por inferencia entre sí; sin embargo, nos asegura que debemos entonces buscar la construcción superior con el propósito de explicar la conducta total y no sólo un lapso de ella.

El corolario de la fragmentación dice que podemos ser inconsistentes con nosotros mismos. De hecho, es raro encontrar a una persona que tenga “todo perfectamente ligado” y que funcione en todo momento como una personalidad unificada. Por ejemplo, casi todos nosotros, representamos diferentes papeles a lo largo de nuestra vida: soy un hombre, un padre, un hijo, soy de cierta etnia y me identifico con una política y soy ateo, sin embargo cuando asumo estos distintos roles (hijo, padre, etc.) no soy el mismo; entonces bien puede decirse que los roles están separados por las distintas circunstancias. Es allí que a veces suceden estas incompatibilidades en los subsistemas de construcciones.

10 El corolario de la Comunidad.

“El grado en que una persona emplea una construcción de experiencias similar a la empleada por otra, sus procesos psicológicos serán parecidos a los de esa otra persona”. Kelly (1966, Pág. 125).

Este es el postulado que hace referencia a las relaciones interpersonales, al hecho de que seamos diferentes y que, sin embargo, ello no quiere decir que no tengamos entre nosotros ciertas similitudes, en tanto que tal, la construcción, la conducta y los sentimientos se comparten en la comprensión de la realidad.

Kelly (1966) nos aclara que para ser semejantes no se necesitan idénticos acontecimientos pues dos personas (o más) pueden ser semejantes aunque hayan estado expuestas a diferentes estímulos fenomenales. Por ejemplo, si compartimos la misma cultura, si percibimos las cosas de forma parecida y mientras más cercanos estemos entre sí, más similares seremos y nos dice que “No es la semejanza de la experiencia lo que proporciona la base para la semejanza en la acción, sino la semejanza de su construcción presente de esa experiencia.” (Pág. 128).

11 El corolario de la sociabilidad.

“Hasta el punto de que una persona construye los procesos de construcción de otra, puede tener un papel en los procesos sociales que implica a la otra persona”. Kelly (1966, Pág. 131).

Esto nos permite visualizar o predecir lo que los otros harán, luego entonces, también podremos ajustar las conductas nuestras a futuros eventos. Y es la base para la comprensión entre los hombres en tanto es una actividad conductual y cognitiva recíproca, pues “hasta cierto punto, nuestro sistema de construcciones personales incluye el sistema de construcción de los otros y ellos incluyen el nuestro” Kelly (1966, Pág. 133).

Construimos de igual manera a como construye otro. Es así que si deseamos entender a una persona deberíamos conocer algo al menos de sus sistemas de constructos, cómo los utiliza, qué sucesos están incluidos en ellos, la forma en que éstos tienden a funcionar y el modo en que están organizadas sus relaciones para formar un sistema.

De lo anterior se pueden concluir al menos tres cuestiones de importancia fundamental:

Que la realidad se manifiesta o construye a través de nuestros constructos personales, en tanto que somos distintos, organizamos nuestra percepción del medio, clasificando y jerarquizando nuestro entorno, desde donde interpretaremos y damos consistencia a nuestra conducta. Lo segundo es que toda acción o razonamiento intenta la anticipación del acontecimiento y la posibilidad cierta de mejorar nuestros aciertos en la predicción con un cambio o reconstrucción alternativa y tercero el ciclo de la experiencia en tanto desde allí se modifican las distintas construcciones.

III El enfoque terapéutico.

Definición del desorden.

Kelly considera a la persona en su totalidad, por encima de fraccionamientos puramente cognitivos, emocionales, motivacionales o psicofisiológicos. Concibe a la persona como en un movimiento incesante, de forma tal que observa y percibe a su alrededor hechos recurrentes sobre los que establece interpretaciones, que a su vez servirán para predecir en el futuro nuevos hechos. Esto constituye un sistema de construcción sobre el cual cada persona, de forma singular, se sitúa en el mundo. Los constructos han de ser entendido entonces, como una abstracción individual derivada de varios conceptos interrelacionados.

“Desde la mirada de la psicología de las construcciones personales podemos definir un desorden como cualquier construcción personal que se utilice en varias ocasiones a pesar de la anulación constante de las predicciones.” Kelly (1955, Pág.831).

Las deficiencias en los constructos es lo que nos arroja a un entendimiento obsoleto para la visualización exitosa del futuro acontecer, es por ello que en la terapia se diseña un proceder con más libertades para, por fin, obtener un mayor control de esta esperanza de vislumbrar futuros con mayor éxito, considerando que los constructos o sistemas de constructos lo que intentan es predecir o proyectar los aconteceres en el mundo y en nosotros.

En cuanto a la depresión, se puede decir que las personas han abandonado sus exploraciones externas en la mayoría de los acontecimientos o sucesos actuales que son de su mayor consideración, donde ya lo imaginario y lo creativo perdió su batalla. A decir de Kierkegaard (1994) “Lo que hay de sentimiento, conocimiento y voluntad en el hombre depende en última instancia de lo que hay en su imaginación… así como es el yo, la imaginación también es reflexión y reproduce al yo, y reproduciéndolo, crea lo posible del yo y su intensidad es lo posible de la intensidad del yo”. (Pág. 43).

Los desórdenes entonces tienen su referente en la calidad de las estructuras del sistema de construcción o bien en lo referente al contenido real en sus significaciones.

George Kelly es uno de los primeros terapeutas que hace abandono de la denominación de “Paciente” a quienes acoge en terapia, debido fundamentalmente a la insinuación de pasivo y pacientemente sometido a tratamiento; sin embargo, creo en lo personal, que también se es un paciente por arrastrar la carga de tener confusión, deficiente construcción o al menos con límites difusos y mal aplicados a los distintos eventos y tal vez, en palabras Keillianas, soportar sus reiterados fracasos en la predicción de futuro, por lo que me permitiré llamarlos, aún a despecho de este autor….Pacientes o Consultantes.

Como dije anteriormente, la idea central de la Psicología de los constructos personales es considerar a todos los hombres como científicos, “el hombre científico”, donde cada individuo se ve enfrentado continuamente a intentar darle sentido al mundo, en un largo proceso de proponer teorías y llevarlas éstas a la acción en el comportamiento y en la espera que también éstas funcionen en sus propios pensamientos o esperanzas de los distintos devenires.

Para Kelly y todos los constructivistas que vendrán posteriormente, “la técnica psicoterapéutica se produce en contextos relacionales. Por dicha razón, en la mayoría de las terapias constructivistas se fomenta que se consolide un vínculo terapéutico íntimo entre el cliente y el terapeuta… este vínculo les permite participar conjuntamente en la conjura de diversos mundos alternativos que se pueden explorar y elaborar” Neimeyer y Mahoney (1998, Pág.120). Este tipo de alianzas son muy distintas de las que se venían dando en los años que la teoría Keilliana irrumpe.

Es entonces el psicólogo quien pone allí, en esta relación entre científicos, los métodos básicos para entender los avances y retrocesos a que se ve enfrentado su consultante, en un afán de aumentar las predicciones con mayor exactitud. Las entrevistas y conversaciones con el paciente son el preludio de una estructuración para enfrentar al mundo, a sí mismo y a los otros; es decir el cambio en sus comportamientos pues a decir de Kelly (1958, Pág. 41)El ser humano cobra forma a partir de sus compromisos y de lo que intenta hacer para satisfacerlo. Incluso un propósito momentáneo, experimentado durante un efímero instante en una entrevista psicoterapéutica… puede cambiar por completo el curso de una vida”.

Lo que se esbozará más adelante será dar algunas de las respuestas a lo que significa una terapia de los constructos personales. “Donde las relaciones entre el Terapeuta y el cliente y las técnicas que emplean pueden ser tan variadas como todo el repertorio humano de relaciones y técnicas… y es el aprovechamiento de la experiencia lo que hace de la psicoterapia una aportación a la vida humana.” Kelly (1966, Pág. 223).

Lo primero que debo decir, es que es un acercamiento fundamentalmente basado en lo experimental, donde todo el sistema se construye basado en la ciencia moderna; esto es construcción de hipótesis, sistematización, diseño para la rendición de resultados, variados experimentos y la predicción es la meta. “Donde las creencias del paciente se asumen como hipótesis que han de someterse a una serie de verificaciones con el fin de reducir y corregir la tendencia al predominio y el absolutismo de las creencias negativas, en lugar (de intentar primeramente) sustituirlas por creencias optimistas.” Semerari (2002, Pág.30).

Existe un cuidado por las empresas o acciones que de antemano han sido ya empleadas o aquellas que no concuerdan con los constructos demasiado arraigados en el experimentador (paciente). Las hipótesis serán puestas en práctica o en escenarios y estarán observadas entonces en base a evidencias empíricas.

Se evitarán las hostilidades, pues la búsqueda del científico es aprender de la naturaleza, de su comportamiento, más bien que exhortar o empujarla para que nos entregue una confirmación de nuestros prejuicios o deseos. Kelly (1955, Pág.940).

El diagnóstico en la terapia de los constructos personales no es para etiquetar al paciente, sino más bien es la etapa de planificación desde donde se identificarán las tareas importantes, las direccionalidades o rumbos que podrían eventualmente entregar la oportunidad de dar al consultante una mayor movilidad y provocar el ansiado cambio.

Es por ello, primeramente, que el terapeuta está interesado en todo el sistema de construcción del paciente, cómo él estructura su particular realidad y su mundo.

Luego es de interés intentar localizar los hechos particulares de su aflicción, sus discriminaciones en los mapas del mundo que él se ha trazado con respecto a la situación o lugar que él asume en la puesta en escena del acontecimiento o suceso.

Así pues nos insta a:

-. Clarificar construcciones importantes con el objeto de poder mejorar y juzgar sus implicaciones futuras.

-. Reducir o minimizar las construcciones impermeables y que han sido inoperantes.

-. Concebir una variedad de elementos con los cuales el paciente puede crear nuevas construcciones en la experiencia psicoterapéutica, que no es sino una práctica de co-construcción entre dos co-experimentadores.

El psicólogo de constructos personales, una vez que advierte o entiende la construcción de su consultante, comienza con una elicitación desde el propio sistema del paciente y su manera de interpretar. El acompañamiento del terapeuta será procurar, en principio, comunicarse dentro de él.

En el afán de entender las construcciones del paciente, Kelly (1955) ideó una técnica para visualizarlos con cierta precisión los constructos de las personas, a la que llamó Técnica de rejilla, cuya pretensión es captar la forma en que una persona da sentido a su experiencia.

La Técnica de Rejilla.

La Técnica de Rejilla, es una herramienta de evaluación que busca visualizar cómo la persona da sentido a su experiencia. Es una entrevista semiestructurada, orientada a explicitar y analizar algunas dimensiones de significado; es decir, los constructos que una persona emplea para describir, ordenar y dar sentido a la realidad; ésta permite bosquejar cuáles son las estructuras del mapa cognitivo del sujeto desde su propia semántica.

Es un instrumento flexible que puede adecuarse a distintas áreas de evaluación: Individual, grupal, familiar y de pareja, asesoramiento vocacional, empresarial, investigación terapéutica, estudio de la estructura cognitiva de la personalidad, etc.

Feixas (1998) nos señala que “La evaluación realizada con la rejilla ha demostrado ser un método poderoso que genera descubrimientos teóricamente relevantes, así como directrices clínicas para realizar la terapia.” (Pág. 302).

Esta técnica tiene la ventaja que puede adaptarse a fines específicos de evaluación, de acuerdo a las características del paciente; incluso puede adaptarse y aplicarse a distintos grupos, entre ellos los familiares pues esta técnica se construye desde el mismo paciente, de los constructos que él aporta, es en tanto que tal, un instrumento que se diferencia de los Test tradicionales, los cuales son estandarizados de acuerdo a cómo los concibe teóricamente el autor del Test.

Feixas (1998) cita a Hampson (1982) quien distinguió “dos orientaciones en la investigación y evaluación psicológica: Una centrada en el propio investigador, quien propone un grupo de dimensiones relevantes para sus supuestos teóricos, idea instrumentos de medición y los aplica a las personas para clasificarlas de acuerdo con las categorías

derivadas de su teoría.

La segunda orientación, centrada en la perspectiva profana del Cliente, se centra en idear procedimientos para estudiar categorías que usan las personas cuando clasifican a otras personas o acontecimientos”, es por esto -dice Feixas - que “la Teoría de Constructos Personales (y la Técnica de la Rejilla en particular) encaja bien en esta segunda orientación” pues lo relevante en ella es la importancia de los significados que el propio paciente elicita y el investigador está lejos de imponer los suyos.

Una vez que el psicólogo de constructos personales tiene un conocimiento (al menos relativo) de los constructos de su paciente debe entonces considerar cinco áreas con la que enfrenta el espacio terapéutico que delinearé a continuación:

1 De lo directivo a lo no directivo.

Kelly no deseaba ser obligado por tener que interpretar la relación terapéutica como siendo “directivo contra no-directivo” ya que lo sentía como una limitación a las posibilidades del terapeuta pues él podía cambiar su propio estilo o procedimientos.

La alternativa era entonces desarrollar un modelo del hombre científico “No es siempre fácil acercarse a terapia desde el punto de vista de un psicólogo científico, pues los medios de ayudar al paciente con ideas tan propias que es inevitable que se vean muchas veces implicados en ellas. Es más fácil tomar la posición con el paciente y el terapeuta decidiendo cuál es la mejor manera de actuar o hacer. Si es el terapeuta quien decide, entonces el método es “directivo”. Si es el cliente, entonces el método “no es directivo” o lo llama también “centrado en el paciente -”. Kelly (1955, Pág.393).

Kelly caracteriza el hacer terapéutico como un tipo de relación existente entre un supervisor de la investigación y un estudiante de la investigación, donde el supervisor (clínico) debe incluir los aspectos cruciales y de interés en la investigación que el estudiante lleva a cabo. Le ayuda a diseñar una metodología óptima con la cual él espera contestar a sus preguntas.

El talento del supervisor está en la metodología de cómo hacer una buena pregunta experimental; es decir, la pregunta en cuestión se transforma entonces en una hipótesis a trabajar.

El nivel del estudiante (paciente) es el especialista de su tema. El tema es en sí mismo el paciente, pero él se encuentra inutilizado para intentar experimentar y no volver a caer en los fracasos que siente se repiten, pues basándose en viejas experiencias ha formulado ciertas apuestas a futuro sin éxito Así acude al laboratorio experimental para aprender allí nuevas y novedosas maneras de enfrentar y visualizar futuro, con nuevas y mejores predicciones.

Este modelo es por tanto la de una relación terapéutica de co-experimentación activa más que de una relación que somete al paciente a las administraciones de un clínico que pueda creer en un estilo directivo o no directivo de su trabajo.

2 De la Credibilidad.

El terapeuta de los constructos personales da énfasis a las elocuciones y disposiciones del paciente. Su primera tarea es intentar descubrir exactamente los niveles más altos de la abstracción en el sistema y construcción del paciente y ello significa que el terapeuta intenta minimizar sus propios niveles de abstracción. Es decir, que se ocupa concretamente de las abstracciones del paciente y acepta su sistema. El terapeuta “nunca desecha la información dada por el cliente. Desde un punto de vista fenomenológico, lo expresado por el paciente “siempre es correcto”. Es decir, que sus palabras y su comportamiento simbólico poseen una verdad intrínseca al que el clínico siempre debe hacer caso.”(Kelly 1955, Pág.324) Sin embargo, Kelly deja espacio a la discusión o al diálogo para confrontar en la realidad la creencia del experimentador.

La aceptación del paciente (Kelly 1955, Pág. 373) la define como una “buena voluntad para considerar al mundo a través de los ojos de la otra persona.”

Esto es una condición sine qua non para la creación de las relaciones clínicas, porque el intento es entender y detectar la fabricación intrínseca de las construcciones que acanalan al paciente y no simplemente cómo él se ha comportado. La aceptación implica no tanto la aprobación de la opinión en su “cómo hacer” o en la preparación para utilizar los modos de acercamiento a su sistema, sino además, sus puntos de referencia, sus maneras y conductas para asumir sus desafíos cotidianos.

“Las intenciones del terapeuta son emplear el sistema de la construcción del cliente, pero no para ser encapsulado por él.” (Kelly 1955, Pág.587) sino para su mejor comprensión de los constructos que el paciente emplea en su particular manera de instalarse en el mundo. La aceptación no es un intento de simplemente establecer la concordancia entre las ideas de ambos, sino que es la búsqueda para incluir en el sistema de construcción del paciente otras construcciones que acepte con disposición agradada y reducir imposiciones alejadas de sus constructos preexistentes.

Kelly recomienda que el lenguaje a usar sea similar al del paciente, que se exploren las idiosincrasias en el uso de sus palabras, mirando atentamente sus secuencias y contextos; debe esforzarse igualmente para llegar a ser un experto en la comunicación con su paciente, en sus propios términos y lenguaje, más que enseñarle su particular jerga psicológica.

Es de esta forma que entenderemos la naturaleza de la experimentación del paciente y es gracias al lenguaje, “aquél que sí entendemos”, donde hallaremos la posibilidad cierta de hacer una evaluación eficaz, pues nos recuerda Kelly, los experimentos se diseñan a veces demasiado lejos de los constructos del paciente, llevándolo no pocas veces a un nuevo desastre. “Un buen director de estudio (co-constructor) deberá hacer un cierto esfuerzo en descubrir lo que está estancado en su cliente, secretamente, y que no le permite obtener un buen resultado en sus experimentos.” (Kelly 1955, Pág.500).

Es entonces que el terapeuta debe reproducir e incluir otros constructos en el sistema de su paciente sin clasificarlo ni etiquetarlo. De esta manera el clínico puede anticipar y apreciar las predicciones de su paciente. Por supuesto, algunos sistemas de construcción son más difíciles de incluir que otros pues corre el riesgo de la fragmentación y no pocas veces la resistencia o amenaza implícita ante el cambio no colaboran en el quehacer del experimentador.

3 Terapia con orientación al futuro.

Si la orientación de todo pensamiento y acción está destinada a la anticipación de los acontecimientos, entonces la tarea del terapeuta no es la de diagnosticar o estructurar las experiencias previas del consultante, sino intentar también predecir qué le sucederá al paciente en el futuro.

Muchos Clínicos, nos dice Kelly, no intentan abarcar la estructura multivariante de los problemas desde sus distintas y variadas dimensiones y en lugar de ello procuran reducirlo a un sólo diagnóstico. En tanto que tal, los terapeutas comienzan a mirar al paciente desde el funcionar que él tiene, desde el diagnóstico y las recomendaciones no están dirigidas al paciente en particular, sino a la forma como habitualmente se trata este tipo de casos ya diagnosticados; es así que la perspectiva o sistema profesional de la construcción conduce a una formulación pesimista de los problemas que son enfrentados por el paciente con la sensaciones consiguientes de desamparo y desesperación. Desde allí el hábito extendido de identificar al consultante no por el nombre sino por el diagnóstico y muchas veces desde allí el paciente padece enfermedades incurables. (el esquizoide, bipolar, depresivo, etc.).

Kelly (1955, Pág.453) nos dice que la psicología de los constructos personales '' debe representar muchas y diversas líneas de movimiento que deben abrirse a los pacientes y no un laberinto de pasos unidireccionales de los cuales él nunca podrá escaparse”.

Es en este aspecto que la terapia debe ser una construcción creativa, que profetice nuevos canales que conduzcan hacia el futuro. Allí se buscan los constructos permeables y flexibles para enfrentar los nuevos acontecimientos que vendrán. “Pues al localizar tales construcciones se anuncia entonces la capacidad para los cambios” (Ibid, Pág.335).

4 Reparación o creatividad.

Kelly (1955, Pág. 381) nos propone una psicoterapia como un proceso de fluir inventivo y creativo. Cree necesario construir un paralelo entre el pensamiento creativo necesitado en terapia y el otro necesitado en el razonamiento técnico científico, donde entre ambas construcciones se formarán las hipótesis como predicciones y es desde allí que “se diseña abrazar el futuro más bien que embalsamar el pasado.” Es entonces que las terapias estarán centradas en la creación de nuevas predicciones y éstas darán paso a invenciones para nuevos y revolucionarios sistemas de construcciones personales, más que reparar los defectos de las antiguas formaciones constructivas, que han llevado al consultante a la repetición de errores en sus intentos predictivos.

La relación terapéutica propuesta es un modelo y un proceso cooperativo, creativo y experimental, lo que implica claramente que la terapia no es algo que el psicólogo hace desde su sapiencia, pues no existe para La Psicología de los Constructos Personales, una técnica experta para ir en ayuda del consultante, ya que cada cuál tiene constructos diferenciados cuya aplicación es única y única será también la cooperación dada en el espacio terapéutico.

5 Del dogmático al Alternativismo constructivo.

Kelly nos dice que hay un lugar en las terapias de Psicología de constructos personales para las confrontaciones, pero que estas confrontaciones no deben ser desde la rigidez o realidades rígidas. Hay que recordar que el terapeuta percibe sus propias realidades desde sus propios constructos personales y es por lo tanto que tampoco él puede dar por sentado que no tiene en sí rigideces que han ocupado con persistencia sus propios espacios constructivos.

Es por ello que viene a proponernos un Alternativismo constructivo, cuando nos dice que lo ya existente puede ser reconstruido, para captar o representar la realidad. Es desde allí que la psicología de los constructos personales anima tanto al terapeuta como a sus pacientes para la nueva creación de significados y representaciones que hasta ahora no se habían considerado o construidos, pues la rigidez en los constructos sin Alternativismo constructivo puede convencer a un paciente que él ha alcanzado un límite tal donde ya no existe esperanza de solución.

El dogmatismo y la rigidez mental se enseñorean tanto en el Terapeuta como en el paciente y es a ello a lo que se debe enfrentar, pues en sí mismo el dogmatismo encierra el fracaso para la reconstrucción. En opinión de Kelly (1965, Pág.188) “el dogmatismo produce una especie de rigidez mental que sustituye pensamiento por palabras, estrangula el libre entusiasmo de la investigación y procura que la personalidad quede sellada y asegurada al final de cada entrevista terapéutica”. Recomienda entonces que no es siempre aconsejable poner al paciente bajo presión, pues entonces éste estará poco proclive a desarrollar nuevas formas de construcciones para enfrentar sus problemas. Al introducir nuevos elementos el terapeuta debe poner atención y preocuparse que el contexto no implique demasiada intimidad y cuyo juicio le afecta profundamente. Es por ésta y otras razones que también Kelly está en contra de hacer de la terapia una dicotomía entre lo directivo y lo no directivo, acentúa la credibilidad y asume la co-construcción de orientación hacía el futuro.

Dirección del cambio.

En el considerando que cada vez que el consultante se describe a sí mismo, a la gente o los sucesos, revela aspectos de su sistema de construcción e ineludiblemente, si ponemos atención, descubriremos allí las polaridades que él pone en constante contraste y son estos contrastes los que pueden influir profundamente en la experiencia del paciente; es entonces entre esto y otras muchas observaciones, que el psicólogo clínico debe procurar visualizar, para no verse posteriormente sorprendido o confundido por las reacciones de su paciente en el acontecer futuro; al hacerlo y poner en contraste se consigue situar los canales dimensionales en los que su paciente transita en los procesos psicológicos que “fluyen en busca de futuro.” Kelly (1955, Pág.337).

Kelly (1955) nos dice a menudo que entenderemos mejor a nuestros pacientes que evitan desesperadamente repeticiones de actos futuros si prestamos atención a los contrastes. Estos actos de elección son muchas veces guiados por el contraste (acompañamiento / soledad) es por ello que a veces, y no pocas, que el accionar parece deseable en la elección del consultante. Conducta tal que se realiza para evitar verse enfrentado al rigor de cierto constructo riguroso que no deja sino una escapatoria. Incluso de esta forma se entendería el suicidio, “pues él lo concibió como una alternativa práctica a su problema y el acto en sí responde a la polaridad de sus constructos” (Pág.522).

Por esta razón, nos advierte, que se debe evitar poner al paciente bajo presión cuando los contrarios en su constructo son potencialmente catastróficos; es así que tomar precipitadamente estos caminos amenazantes puede ser, en el mejor de los casos, acciones estériles y enfrentar aún conflictos mayores.

De allí la importancia que el diagnóstico inicial o preliminar debe siempre incluir los canales existentes por donde el paciente transite hacia sus predicciones. Y nuestra contribución será también intentar predecir su futuro comportamiento con sus actuales patrones constructivos.

Sin lugar a dudas esto no quiere decir que tendremos claridades absolutas en los constructos de nuestros pacientes, pues como en toda creación humana siempre está acompañado por un continuo esfuerzo por entender los grados de confusión y ambigüedad a que el creador se ve enfrentado, pero con esfuerzo de parte de ambos investigadores en esta empresa co-participativa, las posibilidades de entendimiento pueden ser mayores y beneficiosas.

De lo desconocido al lenguaje.

Es en el uso del lenguaje donde a menudo podemos encontrar o visualizar muestras del sistema de construcción que tiene ciertos desórdenes; es allí, desde “las palabras, la gramática o sintaxis no son fáciles para los consultantes expresar las más arraigadas y profundas construcciones que lo han fijado en algún lugar, y en los momentos cruciales de la sesión estas faltas se dejan ver por su omisión o mala construcción.” Kelly (1955, Pág.334).

Pues no es menor que muchas construcciones no están etiquetadas verbalmente o unidas a los acontecimientos y eso hace imposible comunicarlas desde el lenguaje; queda entonces la posibilidad cierta de observarlas en el quehacer y como dice Kelly, en el actuar.

Es en esta situación en la que muchas veces se encuentra el consultante que parece evasivo y es probable que se deba sólo a la construcción pre-verbal que funciona mas allá del propio lenguaje. Son a estas construcciones que Kelly les llama o describe como las Construcciones Secretas, que eventualmente representan los sistemas constructivos que están en la base y conforman la matriz desde donde se extienden otras construcciones; son, por llamarlas de alguna forma, las que dependiendo de los sucesos se transforman en la construcción jerárquica.

No son las palabras, entonces, suficientes para dar cuenta de las construcciones preverbales. En ese caso que Kelly (1955, Pág. 462) nos advierte que “Las construcciones verbales del consultante no son necesariamente una tierra firme sobre los cuales los experimentos se pueden edificar o ponerlas en evidencia, pues éstas, las preverbales, continúan al mando en los aspectos cruciales de la conducta”.

El paciente entonces sólo tiene un incompleto entendimientos de sus actuaciones o pensamientos pues estas construcciones creadas en la infancia, antes del lenguaje y que aún no son etiquetadas por él, en la relación terapéutica, al ser descubiertas, se comienza recién a centrar en ellas y de allí se transformarán en un símbolo verbal que llega como una novedad al espacio del paciente y se conciben entonces como otra y desconocida construcción, que ha estado influyendo en la visualización de las apuestas del futuro y que muchas veces han llevado al fracaso de la esperanza de aciertos de su experimentador.

De alguna manera entonces se recoge lo que Ludwing Wittgenstein nos anunciara, que “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”; sin embargo, no siempre la conducta es racionalizada y de allí la necesidad de ver al hombre en su accionar.

Así como los cambios paradigmáticos se dan en la ciencia, también el científico-paciente puede alterar sus opiniones previas y reconstruirse con otras y frescas variedades de constructos, de tal modo que aumente su control y visualización de su futuro. Kelly (1955) nos recuerda que “Una persona no es la víctima de su biografía, sino que puede ser esclavizado por la interpretación que hace de ella.”(Pág. 208).

En Psicoterapia, entonces, la orientación es ayudar a construir un nuevo procesamiento psicológico más saludable dirigido al cambio que el paciente puede alcanzar con sus propios esfuerzos; es, entonces, un proceso de crecimiento al flexibilizar o permeabilizar sus constructos.

Mecanismo para favorecer el cambio personal

Todo cambio personal se alcanza a través de construcciones que varían de un grado a otro. El cambio o la innovación personal se consideran en términos del aumento de la libertad de movimiento dentro del constructo, en la flexibilidad o permeabilidad de ellos para adquirir la capacidad de tomar nuevas y mejores opciones.

Kelly utiliza a menudo la metáfora de una calle de dos vías, que eligiendo una u otra dirección lo conduzca a distintas metas o predicciones. Kelly (1965) presentó en el un delineamiento de ocho diversos tipos de estrategias terapéuticas de cambio, a las cuales los experimentadores puedan acudir y son las siguientes:

1- Para Kelly un primer cambio posible es el transitar o variar la perspectiva moviéndose solamente de un extremo a otro pero dentro de su particular constructo, a lo que podemos llamar una reconstrucción por contraste o como él le llamó “Cambio de Polo”. Esto es entonces viajar con rapidez desde lo mejor del constructo a lo peor de él, en su particular escala valórica. Cree asimismo que esta evolución o revocación de su antiguo sentir es a menudo inestable y superficial, pues lo que logra es sólo invertir dentro de su propio constructo sus actuales referencias.

Kelly llamó a esto: Línea de confusión, porque a pesar de los cambios aparentemente espectaculares que es posible observar en el comportamiento del individuo, el paciente investigador no ha variado significativamente su sistema de construcción, ni siquiera ha ensanchado su constructo. Sin embargo, esta estrategia puede en el tiempo lograr la permeabilidad que se busca para intentar cambios de más profundidad.

2- La aplicación de un constructo diferente del repertorio de su sistema para ponerla en práctica en un área distinta. Esta opción también está entregada a ciertos fracasos, pues es menester al hombre intentar poner en juego su repertorio y hacerlo una vez más implicaría arriesgar un nuevo fracaso, lo que significa un grave aumento de la ansiedad ante las malas predicciones de nuestros pacientes. Esta ansiedad nace fundamentalmente al saber que no se tiene una construcción o repertorio eficaz para afrontar el o los acontecimientos actuales.

Es por esto que reviste importancia que el terapeuta no pierda tiempo ni credibilidad intentando recurrir a construcciones ya invalidadas por la experiencia del consultante. “Pues a menudo el consultante (cliente dice él) ya lo ha intentado”.

3- Como ya dije, respecto a las construcciones preverbales que ocupan un grado considerable de nuestras vidas, se puede entonces intentar clarificar y verbalizarlas, pero aquí el objetivo no es etiquetar estas construcciones, sino ayudar para un mayor conocimiento del comportamiento o conducta, adquirir un conocimiento con respecto a sus propias construcciones o estructuraciones tácitas que se utilizan en la diaria experiencia. Al hacerlo, al clarificar dichas construcciones y verbalizarlas, obtendremos una mayor amplitud para los futuros razonamientos y nuestros constructos tan rígidos se verán ahora llamados a flexibilizarse.

4- Otra posibilidad de cambio es centrarse en el funcionamiento interno de la construcción para ir probando la consistencia de la misma y que se experimente desde allí el funcionamiento total del sistema, para mirar las incompatibilidades que existen en las fragmentaciones que hace alusión dicho corolario “de la Fragmentación”, como una manera de procurar reorganizar el sistema y allegarse a los acontecimientos desde otros constructos cercanos a los jerárquicos. El énfasis está aquí dirigido a la reconstrucción de la estructura jerárquica y a la revisión de ella o ellas, ante los acontecimientos reales, o sea “probar su coherencia interna.”

5- Una estrategia alternativa es la verificación de la forma en que el paciente observa los sucesos, o dicho a la manera de Kelly “Probar la validez predictiva” para comprobar si sus construcciones internas se ajustan a los sucesos o acontecimientos externos. Allí intentamos validar o no su consideración de las cosas a las que hace referencia. Esta manera de enfrentar la situación terapéutica requiere, sin lugar a dudas, recoger el máximo de antecedentes para intentar, posteriormente, probar las hipótesis de los pacientes o desecharlas, pues es probable que no tengan correspondencia con el mundo exterior.

6- Aumentar la gama de conveniencia y aplicar algunas construcciones a modo más general o disminuirlas y reducir la construcción para asuntos más específicos. Debemos recordar que las construcciones están para ser aplicadas a una gama limitada de eventos, por ello es importante restringirlas al uso donde se requiere específicamente, o sea a su focos de conveniencia, intentando excluir aquellos acontecimientos o sucesos que hasta ahora en esa construcción se incluyen o bien ampliarla para que actúen allí donde hasta ahora no han prestado la utilidad que bien podrían hacerlo.

7- La alteración de los significados de ciertas construcciones. “Rotar sus ejes de referencias” es un intento para reconstruir nuevos significados, redefiniendo sus actuales significaciones en las existentes construcciones: aquí la intención del terapeuta es la de introducir con el lenguaje usado por el consultante, nuevos elementos. La idea es que la construcción sea realineada de manera tal que sea también afín de las otras construcciones y se relacionen entre ellas de manera diferente. Donde antes había la construcción amable – odiosa exista luego una que se explicite como cercano – alejado. Es de esta manera en que los relatos que hacen más daño pueden verse alterados con las palabras del mismo narrador consultante. Tal vez debería agregar que este cambio es uno de los más importantes en terapia.

8- Las estrategias para dimensionar o edificar nuevos constructos es, sin lugar a dudas, la más creativa de las usadas en el nivel terapéutico de co-construcción, “erigir nuevos ejes de referencia pero es también la más ambiciosa.” Es allí dónde se derriban u olvidan las antiguas construcciones que nos destinaban a los fracasos y ahora con las nuevas creaciones enfrentamos con ventajas y enriquecimientos las experiencias venideras y miramos el pasado con ojos más compasivos y de ahí podemos obtener las ventajas y discriminaciones que antes no existían. Estos nuevos ejes de referencia vienen a dar una perspectiva enteramente diversa.

Estos ocho mecanismos de cambio se pueden agrupar en tres grandes categorías:

1- Es la reconstrucción dentro del sistema original del paciente, dentro de sus constructos y sólo reelaborar al interior de ellos.

2- Que los sistemas pueden organizarse aumentando su consistencia interna, clarificando

las construcciones pre-existentes en la dicotomía de cada constructo.

3- La creación de nuevas construcciones para sustituir las obsoletas y que tras la acción de

las sesiones terapéuticas han sido eficazmente abandonadas por el consultante.

Kelly (1955, Pág.187) nos advierte que, de estas tres maneras o modos de intervención, podemos cambiar los procesos psicológicos para predecir o esperar aquellos resultados que hipotetizamos, cuando nos recuerda que “Por intermedio del mismo sistema, de las construcciones dicotómicas o por la construcción de nuevos y creativos constructos”

Donde este último, la construcción de nuevos y creativos constructos, es el más significativo y es por esta razón que mencionaré los pasos o procedimientos que facilitan dichos cambios.

Cinco condiciones para crear nuevas construcciones.

Cuando se habla de la terapia de los constructos personales la tarea allí no es otra que reinventar, re-escribir o descubrir creativamente una nueva manera de pensarnos a nosotros, a los otros y al mundo, formando “nuevas construcciones con menos peligro de efectos paralizantes si se le enfoca primero en contextos que no impliquen al yo del enfermo o a los miembros de su familia” Kelly (1966, Pág. 213), para ello se requieren al menos cinco condiciones mínimas.

1 Los Nuevos Elementos.

La introducción de un sistema con frescura de elementos en la formación de contextos novedosos puede generar la creación de nuevos constructos. Ellos emergerán del mismo paciente guiados por las preguntas del terapeuta en la búsqueda de otros significantes donde, con precauciones, el propio terapeuta se pondrá, aún sin desearlo, con frecuencia como nuevo elemento desde donde el paciente deseará re-construir o crear los nuevos constructos, de allí la precaución de transferencia para que esto no suceda.

Es más bien una invitación a que el propio consultante cree o imagine su propia narrativa más que de continuar en el viejo relato. “Al establecer elementos nuevos -. Dice Kelly (1966, Pág. 214)… el terapeuta deberá cuidar, empero, de no introducir al enfermo en un mundo nuevo tan complicado que no pueda realizar su trabajo de anticipación” y luego continúa (Pág. 215) “Hay varias maneras de desarrollar nuevas construcciones a partir de elementos verbales renovados. El desarrollo de historias hechas a medida, cuidadosamente planeadas es una herramienta poderosa…”

2 Experimentar.

Nada se logra si no existe un espacio experimental para poner en acción las nuevas construcciones. Se reconoce que la situación terapéutica es más bien un espacio de laboratorio donde se llevan a cabo ciertas experiencias aún menores, pero sin embargo la verdadera experimentación sucede fuera del laboratorio. Es afuera, en la realidad del consultante, donde se ponen en verdad a prueba los roles que se han diseñado y donde efectivamente se validarán en la experiencia real y es de allí mismo, en el experimentar, que el consultante ideará nuevas maneras de enfrentar sus recientes creaciones y de narrar nuevos argumentos que satisfagan sus ansiedades y forjen los crecimientos anhelados. (Ibid. Pág. 216)… “Debe alentarse al enfermo que tiene que elaborar nuevas construcciones a probar nuevas conductas…”

3 La validación.

Si la propuesta es que el paciente es un hombre-científico, el sólo concepto de validación nos arroja al campo de la ciencia, donde se pone en balanza los grados de predicción y compatibilidad con el resultado real del experimento y en nuestro caso, con los grados de predicción con los hechos reales. Es así entonces que validar los datos dentro de la terapia es de importancia extrema para las nuevas construcciones.

Kelly nos recuerda que la actuación de roles (en el ponerlo a prueba) con las nuevas construcciones, es una manera de validar con cierta rapidez la aceptación y posibilidad de logro. Para ello se diseña la experimentación que se llevará a cabo y que producirá la evidencia o validación de dicha tarea. (Rol fijo que más adelante veremos)

Kelly menciona entonces que la ansiedad que produce este intento es necesaria, pues denota que en las construcciones del paciente no existe una estructura para ocuparse del acontecimiento en el que nuestro ensayo se llevará a cabo; así pues la ansiedad es, a decir de Kelly, una condición previa para el cambio y que el terapeuta debe entender los niveles de tolerancia del consultante. Si estuviese ausente la ansiedad sería un marcador que nos indica que el paciente trabaja o actúa en conformidad con sus sistemas ya existentes.

Esto nos informaría que el consultante no tiene gran interés, al menos en esa área de cambio, en tanto que tal, está poco proclive para aprender o emprender una acción nueva

4 Amenaza.

Las amenazas pueden ser experimentadas en diversos momentos de la terapia, cuando hacemos frente a los acontecimientos que deben ser interpretados de una forma que es incompatible con el resto de nuestro sistema, o bien como el mismo Kelly (1966) la define “en el momento en que estamos a punto de sufrir un cambio profundo en nosotros mismos y podemos ver lo suficiente de lo que hay delante, para saber que buena parte de lo que somos ahora quedará atrás para siempre una vez que demos el paso siguiente” (Pág. 156).

En estos y otros momentos de la terapia es cuando aparecen las amenazas y esta incompatibilidad entre los constructos, o bien la incapacidad de asumir los nuevos elementos indeseados. Allí es cuando queda en evidencia la capacidad del terapeuta para dar cuenta de ello y buscar otro camino que no se vea tan desfavorable y “es precisamente ese el momento en que el lenguaje de las hipótesis puede ser más útil, preservando la integridad del entendimiento actual del cliente, pero suspendiéndolo momentáneamente también mientras se exploran posibilidades alternativas” (Neimeyer, Mahoney 1998 p. 123). Puesto que de otra manera, el Alternativismo no podrá ser utilizado para la formación de nuevas construcciones y como dice Kelly (1955) “el efecto de esa amenaza conduce al paciente para que se aferre frenéticamente a la construcción básica” (Pág.167).

Al sentir la amenaza moviliza todas sus fuerza o recursos y como probablemente estos están empobrecidos, es posible ver entonces comportamientos infantiles o regresivos y cuando ello sucede los avances que intentamos no darán los frutos esperados y, a decir del autor, en el mejor de los casos “sólo perdemos el tiempo” y en el peor de ellos, reafirmamos el sentido de desamparo a que él se enfrenta cotidianamente dentro de su sistema de construcción.

Las formas que existen para reducir la amenaza y maximizar la experimentación con libertad están basadas, sino en el humor al menos acercándose a la alegría de intentar el “Hacer como si”; es entonces que en el campo de la proposición, donde se piensa que el límite último del hombre es exactamente el límite de la imaginación; es para clarificarlo, en el “Hacer como si” se actuara un papel que será transitorio y si no se siente cómodo, pues entonces se abandona y se adquiere un nuevo papel en este teatro imaginario de la vida.

La máscara de hacer creer que – según Kelly (1955, Pág. 373) – “es la pantalla protectora más antigua del hombre para viajar o enfrentarse a lo desconocido… permite al hombre explorar su mundo exterior con ciertas confianzas” Es semejante a la idea griega de la Máscara como persona-je, actuando en el teatro imaginario del consultante, y Comenzando en el “anfiteatro terapéutico” como le llamó Neimeyer & Mahoney (1998).

5 Preocupación con el viejo material.


Muchas veces las nuevas construcciones se ven obstaculizadas por la excesiva preocupación del paciente por las antiguas construcciones e intenta persistentemente repetir parte del viejo material; en tanto que más firmemente estuviera aferrado a él, más costará que las deje de lado, pues están con él desde los años infantiles; es por ello que se requiere entretejer las nuevas construcciones con los acontecimientos más recientes y darle desde allí la fuerza de credibilidad que la recién creada construcción requiere.

De esta forma nos recuerda que “introducir el nuevo material entre el antiguo es la manera de crear nuevas categorías” Kelly (1955, Pág.168) supone que estas formaciones prestan gran utilidad y dan estabilidad a ciertas construcciones que permiten también más libertad para las siguientes creaciones, ahora ya con los nuevos elementos adquiridos.

En opinión del autor muchas veces los cambios están impedidos por la reacción instantánea que provoca el antiguo material y esa es la forma que tenemos internalizada para actuar frente al hecho o acontecimiento en cuestión. De allí también la importancia de una construcción alternativa para que nuestras respuestas no sean ya tan espontáneamente dirigidas por los viejos materiales, sino ahora mediatizadas por la nueva construcción que reformula el consultante.

Es el espacio terapéutico el que además entrega la posibilidad de dar una oportunidad para la evitación de estas reacciones espontáneas, pues allí se puede de inmediato poner en contraste con los nuevos materiales que se trabajan. El espacio terapéutico es el contexto ideal para planear nuevos acercamientos alternativos en la influencia interpersonal, por ello “la tarea del terapeuta es explorar con su paciente los comportamientos e implicancias de las construcciones que se han ideado para enfrentar las realidades, desde este punto de vista – nos dice Kelly (1965) - la terapia se vuelve un proceso experimental en donde las construcciones se idean o delinean y después se ponen a prueba en la realidad, más allá de la realidad terapéutica”. - Y nos agrega que – La psicoterapia no es una ciencia aplicada, es una ciencia básica en la cual los científicos son el paciente y el psicólogo” (Pág. 183).


IV Técnica del Rol Fijo.

Este ejercicio terapéutico es de lo más usado en las terapias constructivistas, es a decir de Robert Neimeyer y Michael Mahoney (1998) “el desarrollo y la representación de una identidad o rol hipotético que tiene implicancias nuevas para ver y vivir la vida de manera diferente” (Pág.386). “es el proceso de relacionarse con otra persona (o sucesos, agregaría) con la intención de subsumir o entender sus construcciones de la experiencia, es un conjunto de conductas pre-escritas” (Ibid, 385). Una nueva narrativa o forma de contarse la vida, dirán autores posteriores a Kelly como M.White (2002), M.White y D. Epston (1993).

Tal como lo enuncié, en su Biografía Kelly estaba al tanto de las ideas de Jacob L. Moreno, quien anunciaba que “la representación de un desafío posible puede estimular los mismos patrones emocionales que su ocurrencia real. Cuando se realiza en un contexto seguro y experimental esta representación también puede proporcionar oportunidad de aprendizaje muy valiosa y esta es la idea central del psicodrama de Moreno… él observo el poder de las representaciones de un papel para cambiar los patrones de experiencias de las personas. Nos aprovechamos de ese poder siempre que pedimos a un cliente que ensaye cualquier cosa en nuestra presencia. Un cliente puede interpretarse a sí mismo en un desafío que se anticipa o representar un papel de alguna persona a la que intenta comprender. Moreno observó que la esfera personal y la colectiva se encuentran entretejidas en la actuación” citado por Mahoney, M (2005).

Kelly (1958) como he dicho, interesado en el teatro, desarrolla la técnica del Rol Fijo. Pero veamos lo que dice el autor: “Asumir que el ser humano es el autor de su destino no equivale a negar que puede estar trágicamente limitado por sus circunstancias” (Pág.35) y éste es también el principio por el que caminará hasta enfrentar el acontecimiento más allá de las etiquetaciones, donde el “debo comportarme o sentir” de cierta forma es el mandato que no pocas veces nos lleva a adquirir comportamientos que nos dañan o de los que nos gustaría escapar; desearíamos un actuar distinto, pero que no sabemos cómo hacerlo.

Como ya lo he repetido, para la terapia de Kelly “El paciente debe participar en una empresa experimental… en otras palabras debe quedar claro que el psicólogo es un colega experimentador” (Pág.38). Así entonces la escucha de las aflicciones y descubrir entre ambos cuáles son los constructos que llevan al actuar (desarrollar un Rol) de cierta manera y si requieren o no de un cambio.

Kelly nos comenta que a él junto a sus alumnos se les “ocurrió que la clave de la psicoterapia podía ser que el paciente se lanzara a una nueva forma de vida sin esperar que adquiriese alguna clase de incidí” (Pág. 44), es así que en terapia se le pide al consultante que escriba o relate una autocaracterización. Luego se analiza la información recogida y desde allí se esboza un nuevo tipo de conducta, con novedosos puntos de vista, “El terapeuta enseña ese boceto al paciente y le pide que finja ser otra persona durante un periodo de más o menos dos semanas” (Pág. 45).

La terapia del Rol Fijo – nos dice – no es una panacea, sino un experimento, pues todas las panaceas tienden más bien a inmovilizar al ser humano justo cuando debería explorar creativamente sus alternativas. (Pág.49).

El consultante revisa el bosquejo y si encuentra que es interesante conocer a este nuevo personaje, se lanza a la idea de caracterizarlo. El personaje ficticio recibe incluso un nombre nuevo (Pablo no hizo lo que posteriormente realizó Saulo) se le pide que imagine que él, el consultante, se irá de vacaciones o que se ausentará y dejará en su lugar a este otro recién llegado y desde ese momento “debe pensar en sí mismo, hablar, tratar a los demás, practicar los hábitos diarios, divertirse y si puede, hasta soñar” como el personaje al que es invitado a reemplazar por un corto período. (Kelly 1966d, Pág. 173).

La terapia kelliniana pretende que las personas se abran hacia sus alternativas, ayudándoles a descubrir su libertad y permitiéndoles vivir con sus potenciales.

Esta terapia no es sino una invitación a que pruebe una manera distinta de vivir más atrevidamente y a evaluar los resultados como lo haría un buen científico (incluso uno

malo), pues nos recuerda que no siempre cuando se intenta algo nuevo se logra un final feliz y que, incluso, lo que antes era bueno se corrompe bajo la opresión del estancamiento y aquí nos lanza una frase de optimismo que quisiera rescatar “Sólo hay una forma válida de vivir la vida: dedicarse de lleno a vivirla” y es por esta razón que a veces le pedía luego a su paciente que asumiera un nuevo Rol Fijo, esta vez uno no tan positivo, pues la idea no es necesariamente darle al consultante una nueva personalidad ya que ésta se vendría prontamente abajo, sino más bien, es enseñarle que de hecho es él quien tiene el poder de cambio, de escoger “cómo quiere en verdad ser” dentro, claro está, de sus propias y únicas posibilidades.

“El propósito central de la dramatización, que tanto el paciente como el terapeuta deben tener en mente, es descubrir lo que ocurre cuando se pone a prueba esta hipótesis… como se dijo antes una hipótesis es siempre una audaz distanciamiento del dogmático mundo de las certezas…” (Ibid Pág. 174).

No es fácil despedirse de un tema que guarda aún en si mismo tanto por descubrir, mas aún de un autor que visualizó un mundo distinto y colaboró grandemente con el salto paradigmático que años mas tarde se haría potencia en la aplicación de las distintas ciencias. Recogió como hemos visto las propuestas de antiguos filósofos y las hizo carne de nuevo en el tiempo y más aún en la Psicoterapia. Donde irónicamente su influencia ha crecido más después de su muerte; desde el 1975 se han realizado distintos Congresos Internacionales en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá, Italia, España, Alemania, Países Bajos y Australia, que han dado el soporte al creciente interés por los Constructos Personales, es además y esta es su importancia, uno de los precursores históricos y trascendentales en el campo de la psicología constructivista. Como antes mencioné esta tesina no es más que un pequeño peldaño que intenta invitar a ascender por la escalera que comenzara a construir Kelly. Y descubrir, allí, toda su genialidad.

Glosario.

Alternativismo constructivo: La idea de que no hay realidad objetiva o verdad absoluta, sino maneras alternativas de construir eventos.

Amenaza: Tiene lugar cuando la persona es consciente de un cambio amplio e inminente en su sistema de constructo.

Ansiedad: Una emoción que expresa una sensación de amenaza o peligro inminente. En esta teoría la ansiedad tiene lugar cuando la persona reconoce que su sistema de constructo no se aplica a los eventos que recibe.

Complejidad-simplicidad cognoscitiva: Un aspecto del funcionamiento cognoscitivo de una persona que se define en el extremo por el empleo de muchos constructos con muchas relaciones entre sí (complejidad) y en el otro extremo por el uso de pocos constructos con relaciones limitadas entre sí (simplicidad).

Constructo: Manera de percibir, construir o interpretar los sucesos.

Constructo central: Constructo que es básico para el sistema de constructo de la persona y no puede alterarse sin consecuencias serias para el resto del sistema.

Constructo oculto: Un constructo que alguna vez pudo expresarse con palabras pero ahora alguno de los dos o ambos polos no pueden verbalizarse.

Constructo periférico: Constructo que no es básico para el sistema de constructo y puede alterarse sin serias consecuencias para el resto del sistema.

Constructo pre-verbal: Constructo que se utiliza pero no puede expresarse con palabras.

Constructo subalterno: Un constructo que está en un nivel más bajo dentro del sistema y por tanto se incluye en el contexto de otro constructo (superalterno).

Constructo superalterno: Constructo que está en nivel más alto dentro del sistema y por tanto incluye a otros constructos dentro de su contexto.

Constructo verbal: Constructo que puede expresarse con palabras.

Foco de constructo: Aquellos eventos o fenómenos que son mejor cubiertos por un constructo o sistema de constructo.

Miedo: Tiene lugar cuando un nuevo constructo está a punto de entrar en el sistema de constructo de la persona.

Polo de contraste de un constructo: Manera en la cual un tercer elemento se percibe como diferente de otros dos con los que forma un polo de similitud.

Polo de similitud de un constructo: Manera en la cual dos elementos se perciben como parecidos.

Rango de conveniencia: Aquellos eventos o fenómenos que son cubiertos por un constructo o por un sistema de constructo.

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